25 oct 2008

Condenado por no querer Windows en su ordenador


El profesor Paco Rivière, que no quería el programa Windows que venía preinstalado en su portátil , llevó a los tribunales a la tienda que se lo vendió, al fabricante del ordenador y al del software. Pero la jueza no le ha dado la razón porque, tal y como asegura la sentencia, "se trata realmente de un empecinamiento en separar el equipo del sistema operativo, de una lucha personal contra Microsoft, por la que el demandante ha iniciado una cruzada...". Rivière ha sido también condenado a pagar las costas del juicio.

Este profesor de un instituto catalán compró un portátil Samsung en una de las tiendas de la cadena PC City en 2005. Como no quería el sistema Windows que venía instalado en el equipo, intentó devolver el programa y recuperar su coste del importe total del portátil. Al no conseguirlo, decidió llevar a la tienda, a Samsung y a Microsoft a los tribunales.

El juicio quedó visto para sentencia en julio pasado. El fallo no fue comunicado a las partes hasta hace unas semanas, pero no se ha hecho público hasta ahora. "No quise darlo a conocer antes porque estaba viendo qué hacer con mis abogados. Aunque estoy desanimado, hemos decidido apelar la decisión", dice Rivière.

Los demandados argumentaron ante la jueza, entre otras razones para no atender su petición de devolución y el reembolso de los 250 euros que pedía, que el profesor había hecho un uso antisocial del derecho. Según Samsung, compró el portátil con Windows instalado a propósito. "¿Es antisocial reclamar una devolución?", se pregunta Rivière. "La sentencia recoge todos los argumentos de la parte contraria", añade.

En los fundamentos de derecho, la resolución dice que en el mercado se pueden adquirir ordenadores sin Windows y que, en todo caso, se pueden comprar con él y desinstalarlo para poner otro sistema operativo. "En aquella época no había portátiles con Linux", se defiende Rivière.

Equipo y ‘software' no son uno

Pero el argumento más repetido por los fabricantes, y que también ha sido tenido en cuenta en el fallo, es el de que el sistema operativo y el ordenador forman un solo producto. Tanto Samsung como PC City le dieron la opción de devolver el portátil entero. "Pero la licencia de Windows me permite, si no estoy conforme, devolverlo en un plazo de 30 días", alega el profesor.

Para el presidente de la Asociación por una Infraestructura Informática Libre (FFII), Alberto Barrionuevo, la sentencia es bastante atípica por considerar al software y al hardware como algo indivisible. "Y está claro que en informática, los programas y los equipos no son la misma cosa".

Barrionuevo considera que la venta ligada de equipo y programa es una imposición al usuario y pone un ejemplo: "Una computadora necesita como mínimo tres productos para funcionar, hardware, software y electricidad. El software no tiene mayor atadura intrínseca al hardware de la que pueda tener la electricidad. Por tanto, ¿por qué se obliga al consumidor a adquirir un producto de software determinado? Según ese razonamiento, también se le podría obligar a contratar la empresa de electricidad que alimente el portátil".


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